01/02/2017

El Camino de Santiago, las preguntas y el arte

- INUSUAL CHARLA EN FARRARONS FENOGLIO -  Mientras avanzaba con las obras que integran su muestra en exposición, Fernanda Cavallaro trabajó terapéuticamente con Ricardo Grinszpun. En diálogo con la artista, el consultor psicológico presentó el video “Gracias por la música”.

El Camino de Santiago, las preguntas y el arte
Grinszpun, Cavallaro y Piantoni.
Grinszpun, Cavallaro y Piantoni.

Iba más de una hora de encuentro cuando recién comenzaron a aflorar referencias directas a la obra de Fernanda Cavallaro, cuya muestra en Farrarons Fenoglio Arte Contemporáneo se inauguró en diciembre último. Las reflexiones e inquietudes que prevalecieron más bien giraron en torno a “Gracias por la música”, el video que puso a consideración de los asistentes Ricardo Grinszpun, consultor psicológico con quien la artista trabajó terapéuticamente durante la gestación de sus creaciones.

Es habitual que en el lapso que abarcan las exposiciones, artistas, curadores u otros especialistas diserten en la galería de arte para abordar algunos aspectos de los trabajos que el público puede apreciar. No fue el caso de la charla que tuvo lugar el último fin de semana… Más bien, los disertantes compartieron impresiones muy íntimas, vivencias y más preguntas que respuestas, en una actividad que distó de la previsibilidad.

Con desusada puntualidad para una soleada tarde de verano, después de las formalidades se apagaron un tanto las luces y comenzó la proyección del audiovisual. Grinszpun concretó su rodaje en octubre último en ocasión de transitar algo más de 200 kilómetros por el Camino de Santiago, ancestral ruta peregrina que transcurre sobre todo por el norte de España, aunque sus orígenes queden del otro lado de los Pirineos.

No se trata de un producto profesional, más bien debe pensarse como una herramienta para estimular la introspección. “Gracias por la música” comienza por el -aparente- final del viaje, cuando la cámara se detiene en una joven arpista que en el exterior de la iglesia que supone la llegada, ensaya su arte. No es una música callejera más, no cualquiera pone la gorra en el piso mientras tañe tamaño instrumento. Grinszpun establece un pequeño diálogo con ella y se despide con el título del video: “gracias por la música”.

La acción se desenvuelve alrededor de tres preguntas de difícil respuesta: ¿qué es el Camino? ¿Cómo vivís el amor? ¿En qué parte del Camino estás? Al formular esos interrogantes, es la voz de Cavallaro la que responde: “la vida”, “siendo” y “aquí y ahora”… Aunque recién en el intercambio del final quedará claro para todos los asistentes que aquellas fueron sus respuestas. Quizá no haga falta advertir que las inquisiciones son válidas tanto para los caminantes como para cualquier humano.

Metáfora

La acción comienza con imágenes bucólicas aunque no se trata de un compendio de paisajes, más bien podría catalogarse como una road movie de preguntas y respuestas. En primera instancia, el registro de Grinszpun presenta a quienes serán sus interlocutores durante el viaje, quienes precisamente se prestaron a responder los interrogantes, algunos después de superar iniciales momentos de incertidumbre o resistencia.

La joven arpista se tomó las cosas literalmente y al responder la tercera, dijo: al final. Pero el resto de los entrevistados tomó la senda ancestral como metáfora de la vida y siguió el juego que proponía el consultor psicológico que devino en realizador. A esta altura hay que decir que juega un rol central en “Gracias por la música” la edición precisamente musical que sumó Guillermo Piantoni, con temas de Luis Alberto Spinetta, Metallica o Rhapsody, entre otros.

La sombra del caminante se desplaza por los recodos del Camino y comparte reflexiones en voz alta, mientras ante las miradas se suceden construcciones de origen medieval, prados interminables y luminosos, pequeños ríos de apariencia prístina y arboledas de sombra reparadora. Los entrevistados afirman que “el amor es la clave de todo” aunque debe resistir a pie firme los embates del “egoísmo, la frustración o el miedo”.

Hay quienes identifican al Camino -con mayúsculas- con la tranquilidad o la búsqueda de “mirar hacia mi interior y despegarme de las tonterías”. Mujeres y hombres, jóvenes o maduros. Que caminan en soledad o en familia. Con ademán deportista o más bien turístico… Grinszpun muestra universos a través de los cuales se filtra su propio universo.

Un guía lugareño habla de templarios y de encuentros con el ser, dice que ejercita el amor al ayudar a los demás. Un interlocutor que lleva una camiseta albiceleste se deja emocionar, se refiere a creencias y aclara que piensa en la Senda con mayúsculas. A veces, el entrevistador cumple con su faena en descansos, otras acompaña al caminante y entonces, él mismo peregrina, ahora en compañía aunque arrancó en soledad.

Sus pensamientos redondean un “continuo llegar”, al mundo como sitio de llegada, a la práctica de tejer tramas mágicas, a misterios… Pone en común el realizador – consultor que su conclusión tendrá que ver con “servir a la paz” y con “despertar conciencia del amor”. Su “Gracias por la música” se relaciona con “Cada gota que cayó” -nombre de la muestra de la artista- porque las obras de Cavallaro surgieron del “autoconocimiento guiado por la sensibilidad”. Al finalizar la proyección, los dos dijeron: “vinimos a escuchar más que hablar”. Eso hicieron. Quizá porque ya supieran dónde detener los oídos.

Compartir intimidad

Como terapeuta de Fernanda Cavallaro, Ricardo Grinszpun confió que “no sabía qué estaba haciendo” mientras la artista preparaba las obras de “Cada gota que cayó”. Por su parte, la plástica tampoco supo del alcance del video inicialmente, pero cuando éste estuvo en marcha, ambos dijeron: “algo tenemos que hacer con esto”. Ese algo fue la charla – proyección que tuvo lugar en FF Arte Contemporáneo, ante unos 40 asistentes.

Las preguntas se refirieron sobre todo a las andanzas del consultor psicológico en tierras españolas. Por ejemplo, confió que afrontó dos momentos difíciles: uno de ellos al principio, cuando después de dos días de caminar, todavía no podía entrevistar a nadie. El segundo, al cuarto día de travesía, cuando el esfuerzo físico exigió cuidados. Explicó que limitó su trajín a algo más de 200 kilómetros, simplemente “por miedo”.

A instancias de este diario, Grinszpun señaló que una de sus intenciones actuales “es compartir lo íntimo. Ese es mi interés. Fernanda muestra su intimidad a través de su obra y a través de su obra nos encontramos con ella. Coincidí con Fernanda en eso de mostrar lo que somos. Al mismo tiempo, la intimidad es lo más imperfecto”, afirmó el realizador de “Gracias por la música”. Sus palabras tocaron fibras precisamente íntimas.

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