04/01/2017

María Varas irrumpe con “Sacerdotisas sagradas”

- INAUGURA EL VIERNES EN EL HOTEL LLAO LLAO -  La artista abrevó en diversas tradiciones culturales para ofrecer un conjunto sorprendente de energías femeninas que trascienden los contornos corporales. Creaciones pictóricas con mucho fundamento.

María Varas irrumpe con “Sacerdotisas sagradas”
María Varas, en plena tarea creativa. (Foto: Sol Bauduino)
María Varas, en plena tarea creativa. (Foto: Sol Bauduino)

Las “Sacerdotisas sagradas” de María Varas pueden remitir al Oriente pero también provienen del Occidente que todavía no se dejaba atrapar por el oscurantismo de la Inquisición. Tampoco por el vacío espiritual de la Razón iluminista… Presentan ojos rasgados o pómulos rosados, miran de frente al espectador o bien, hacia su interior. Son muy diferentes entre sí pero a la vez tan iguales. Conectan pero cuidado: pueden intimidar también.

Las obras ya están dispuestas en el salón Tronador del hotel Llao Llao pero el espacio todavía está en preparación. El cóctel con que María Varas y el establecimiento anfitrión inaugurarán su muestra tendrá lugar este viernes (6/1) a las 20. Hay trabajadores que mueven mesas y desplazan sillas.

Desde el exterior llega la música que acompaña a los pasajeros en los espacios comunes pero las trece “Sacerdotisas sagradas” imponen silencio.

“Es un trabajo que vengo haciendo hace dos años”, le confía la artista a El Cordillerano. “Empecé con la primera después de un llamado interno, tenía muchas de estas imágenes adentro… Había dejado de preparar muestras cuando nacieron mis hijos y después de los primeros años de la maternidad, salió esto porque ese proceso es profundísimo y nos transforma a todas”, define.

La inminente expositora reside en Bariloche hace unos cuatro años pero “estas sacerdotisas son como un viaje, primero al interior. Uno podría decir que representan al sagrado femenino pero yo creo que cuando se habla del sagrado femenino es imposible no hablar del sagrado masculino, aunque no esté muy de moda… Se tocan completamente, cuando uno empieza a trabajar energías femeninas, es imposible no tocar el opuesto porque se complementan. Así que también están implícitas (las presencias masculinas) aunque no tan visibles, necesitan sostener a estas diosas”, argumenta.

Geometría sagrada

Aclaró Varas que “esa presencia ocurre a través de la geometría… Siempre empiezo la obra con una geometría que muchas veces se va tapando y no se ve, pero me funciona como sostén y eje central de la obra. Si uno observa, todos (los cuadros) están siempre centrados. Creo que estamos hechos de geometría, es nuestro cuerpo de luz, algo invisible que nos sostiene. Están presentes la flor de la vida y el merkaba (vehículo de luz), conceptos de la geometría sagrada que el ser humano ha conocido a través de la humanidad en todas las culturas, filosofía y religiones”, enseña la plástica.

Como puede advertirse, hay muchos fundamentos detrás de la muestra. “Seamos más conscientes de ella (la geometría sagrada) o menos, es nuestra matriz… Las líneas de luz que conforman nuestro espíritu… A partir de ella empiezan a suceder cosas: la información se ordena, porque los cuadros tienen muchísima información. Inclusive, hay cosas que al comenzar la obra no sabía que estaban y van apareciendo”, confía la artista.

En un punto, pueden concebirse a las sacerdotisas como un recodo en el recorrido que se asignó a sí misma María Varas. “Hace muchos años comencé un camino espiritual aunque en realidad, somos ese camino… Empecé a meditar y distintas terapias holísticas a través del yoga, una búsqueda que me fue llevando a un proceso profundo de sanación interna. Al principio no llegaba mi hijo y ese fue el móvil que desató la gran pregunta: quién soy… A partir de eso, en los últimos años me abrió mucho la meditación Merkaba, que se hace a través de un tipo de respiración y de una visualización de la estrella tetraédrica. Esto va abriendo los planos internos a un conocimiento que va llegando a través de sueños o de imágenes que uno recibe. Si a través de las manos, uno lo puede canalizar a través de la pintura o a cualquier forma de arte, se van abriendo más porque son como portales”.

En ese trayecto se produjo el arribo de las mujeres. “Estas puertas iban trayendo entrelazadas una información detrás de otra, nunca se frenó el proceso. Para mí fue abrir un espacio sagrado: abría las puertas del taller y era como entrar a un templo… Es mi forma ritual de conectarme, mi forma de meditación. Cada obra fue mi altar en cada momento y también un recuerdo, porque siento que se me fueron activando memorias y recuerdos. No sé si de vidas pasadas, futuras o paralelas: en realidad es nuestro ser multidimensional que vuelve a reconectar todo. Estas imágenes me inundaban y la pintura fue la forma de poder canalizarlas para no ahogarme”, define Varas. No cabe duda alguna: el torrente es muy poderoso. O quizá haya que decir, poderosa.

La alquimia como plataforma

En cuanto al contenido de cada obra “hay de todo un poco. Empezaron a venir sacerdotisas relacionadas con la alquimia medieval, que es mi plataforma. Ese es mi idioma, mi código: los símbolos de la alquimia del Medioevo y el Renacimiento”, definió María Varas, cuyas obras estarán en el hotel Llao Llao en coincidencia con el verano. “Después, me fui a México y empecé a conectar con los mayas… Al volver empezaron a aparecer las sacerdotisas relacionadas con el mundo maya”.

La saga continuó multicultural: “después vino la egipcia y cada una que fue viniendo, activó algún código o tipo de información que me hizo comprender qué pasó en cada cultura y cómo el ser humano entendía su espiritualidad en cada momento. Cada una: la tibetana, la samurái, la María Magdalena, la Eva o la que está relacionada con Lemuria (un continente supuestamente desaparecido)”.

Pero también hay menciones a mujeres que tuvieron existencia concreta y real. “Hay un cuadro con personajes históricos: Elizabeth I de Inglaterra, la monja medieval Hildegard von Bingen -a quien amo profundamente-, Juana de Arco… También aparece un sostén masculino, el maestro Yogananda… No sé cómo explicarlo, pero todos ellos están unidos y relacionados. El eje que uno podría trazar es el sistema de chakras, cada símbolo se apoya sobre un chakra y abre un portal desde dentro del ser humano hacia afuera”.

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