2018-01-03

Unieron 10 cervecerías en una carrera de 30 kilómetros

 Por Verónica Lohrmann

vlohrmann@elcordillerano.com.ar

El grupo empezó en 2010 y hoy son alrededor de 20 corredores de diferentes barrios de la ciudad, desde Dina Huapi hasta Colonia Suiza. Se reúnen durante todo el año, tres veces por semana, para entrenar en los alrededores del lago Gutiérrez, en los senderos del cerro San Martín. “Este lugar tiene todo”, dicen.

Para cerrar cada año, desde 2012, organizan una carrera especial que los convoca a compartir una actividad diferente. En aquella primera experiencia, llegaron hasta Villa La Angostura, en postas; y siguieron, en la misma modalidad, con el trayecto que une el Centro Cívico y Traful; luego, un circuito de alrededor de 60 kilómetros hasta Los Rápidos; otro año, rodearon el lago Guillelmo desde el Gutiérrez; y para finalizar el 2016, fue La Angostura- San Martín de los Andes, el circuito de los 7 Lagos.

El cierre del 2017 fue con la Corrida de las Cervecerías, una carrera más corta, que unió distintos locales cerveceros de la ciudad. El circuito recorrió 10 negocios en 30 kilómetros, desde el centro hasta Circuito Chico. Alrededor de 20 corredores partieron desde una cervecería ubicada en la calle Elflein, pasando por diferentes locales del centro y la Av. Bustillo, km 6 de Pioneros y Colonia Suiza y terminaron en el km 25 de Bustillo.

Para las cervecerías, era agradable estar participando de algo asociado al deporte, coincidieron varios. “La cerveza acá es un mundo. Es importante en Bariloche y en la zona”.

El brindis, por supuesto, llegó al final.

Entrenar con amigos

El grupo, que cuenta entre sus filas con atletas desde los 25 años hasta los más de 50, entrena duramente el año -incluso en invierno-, cada uno con sus propios objetivos, y buscando superarse y mejorar. Más allá de este cierre más bien social, “fue un año de maratones, gente que fue a correr en Buenos Aires, entrenando para carreras largas”, explica Gabriela, otra integrante de largos años en el grupo.

“Corremos de verdad, dentro de lo que cada uno puede. Este año, en el grupo hubo cuatro que hicieron el Cruce de los Andes, seis que terminaron la maratón de Buenos Aires, tres triatlones, dos refugios, los 42 de La Angostura, etc.”. Y también intentan participar en las carreras que son a beneficio.

Cada uno tiene su objetivo y su motivación particular para correr, y el grupo los motiva a superarse. “A lo mejor, uno viene con un objetivo, y esa persona contagia a otra. Así empezaron con maratón. El año pasado corrieron dos chicas y este año fueron seis”, cuenta el entrenador.

Para Alejandro, “lo más fuerte -que puede ser novedoso para el que no está haciendo ningún deporte y ya pasó, por ejemplo, los 35 años- es que vos tenés un potencial que pensás que ya se te pasó con el tiempo. Y cuando lo encarás gradualmente, te encontrás con que podés hacer grandes cosas cuando pensabas que eso ya era parte de tu pasado. Yo el año pasado corrí mi primera maratón con 53 años. Para mí, eso era imposible”. Mili, otras de las corredoras, empezó hace dos años y medio, y este año completó el Cruce de los Andes con otras tres compañeras. “Fue un desafío re lindo. Nos fue mejor de lo que esperábamos. Una experiencia espectacular”.

Además de los logros deportivos, para estos atletas, entrenar con otros deportistas tiene un plus. “Este año hicimos el tetra del Catedral, un poco cada uno, y eso es divertido. El grupo, por más que uno corre solo, está bueno”, opinan. “El grupo da, por fuera del espacio de correr, un soporte”, continúa Gabriela. Y agrega, “puede arrancar cualquiera”.

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