2017-05-17

El club Puerto Moreno, de 60 a 300 chicos gracias al césped en la cancha

Por Daniel Pardo
dpardo@elcordillerano.com.ar

Fue una bisagra en la vida del club Puerto Moreno. El tapizado de inmaculado césped en la cancha del añejo club en donde reinó durante décadas la tierra arenosa y las infinitas piedras representó un trampolín en el crecimiento de la institución y agigantó su potencial. Después de su colocación en 2013, atravesados por un esfuerzo mayúsculo, nada fue igual.

Juan Lepín, junto al inmenso aporte de Walter Montero y un breve puñado de colaboradores, lograron concretar un viejo sueño. Juan ingresó al club en 2005 para acompañar a sus hijos que había decidido vestir “la Naranja” para abocarse al juego del fútbol. Sólo un par de pasos distanció al padre del colaborador. Y de a poco, con el ánimo de cooperar -en aquel entonces- con Jorge Gamboa, se involucró en la dirigencia de Puerto Moreno.

“El césped fue un gran cambio”, definió y aseguró que gracias a esa decisión “tuvimos mucha más gente que se acercó. Creció mucho el fútbol infantil, y eso generó que se sumaran los padres. Y con ideas nuevas, varios integran hoy la comisión directiva”. Es así, el crecimiento en cantidad de chicos que integran hoy el fútbol infantil fue notable. Juan contó que antes del césped, contaban con 60 o 70 chicos, y luego, el número ascendió a cerca de 300.

El dirigente explicó que los padres de chicos del Oeste de la ciudad perseguían un lugar cómodo para poder jugar. Muchos elegían a Estudiantes Unidos, pero cuando apareció el césped en un lugar más cercano, no lo dudaron.

Si bien hoy la institución disfruta de los beneficios del crecimiento, el exigente proceso de sembrado de la cancha fue una tarea compleja. Los dirigentes tomaron la difícil decisión de no competir en los torneos para poder destinar los recursos y la energía en el ambicioso proyecto. “Fue difícil afrontar el gasto, eran pocas entradas. Entre el bolsillo de Walter Montero y el mío fuimos solventando. Y algunos amigos que ayudaban. Fue bravo”, reconoció. Más allá de todo, no duda: “viéndolo a futuro, fue una gran inversión”.

Y los sueños no se detienen en las cabezas “Naranjas”. Ahora están cerca de finalizar una obra que permitirá tener la utilería en un pequeño edificio y agregarán baños. “A mediano y largo plazo, tenemos planificado tribunas más en las cabeceras, y un buffet en el sector más cercano al lago”, explicó. Y por supuesto, Puerto Moreno sueña con su gimnasio. Teniendo en cuenta sus antecedentes, más que un sueño es un anuncio certificado.

ESTUDIANTES, AFUERA DE LAS FINALES DE LIFUBA
Programaron los choques entre
Luna Park-Puerto y Dina Huapi-Cruz del Sur 
 
Por Martín Leuful
mleuful@elcordillerano.com.ar
 
Aunque el fallo recién se dará a conocer el jueves, desde LIFUBA se sabe que la fecha sigue así y los clubes ya programaron los partidos del fin de semana. Estudiantes Unidos queda afuera, sólo falta conocer cuál es la sanción a Guillermo Fuentes y al club.
 
El tribunal dará a conocer oficialmente el fallo el jueves, pero la liga ya programó los partidos para el próximo fin de semana, por ende saben de antemano que la decisión del tribunal de disciplina no será favorable a Estudiantes y para el fin de semana programaron los choques entre Puerto Moreno y Luna Park y Dina Huapi ante Cruz del Sur. Serán las semifinales del Torneo Oficial de la Liga de Fútbol de Bariloche. 
Todavía resta saberse cuál será la sanción a Guillermo Fuentes y si existirá sanción para Estudiantes Unidos. Anoche hubo reunión en la sede de la Liga de Fútbol de Bariloche y los partidos que se programaron fueron dos: las dos semifinales, y entre los nombres no estaba Estudiantes Unidos.
Hace dos fines de semana, en el Bruno Tarrini, Estudiantes Unidos ganaba dos a cero ante Puerto Moreno, y en medio de un tumulto, el árbitro Amuñanco expulsó a Guillermo Fuentes. El jugador le aplicó un golpe de puño en el rostro y el hombre de negro decidió suspender el cotejo.
 
EPIGRAFEFOTOBARDO 1. Por la agresión al árbitro, y aunque aún no se oficializó el fallo, Estudiantes quedó fuera de las finales del torneo de Primera División.
 
 
 
 
 
EL ANTES Y EL DESPUES
El club Puerto Moreno, de 60 a 300 
chicos gracias al césped en la cancha
 
Por Daniel Pardo
dpardo@elcordillerano.com.ar
 
El vicepresidente del club, Juan Lepín, contó el crecimiento del club luego de la decisión de cambiar el piso de la cancha por verde. “El césped fue un gran cambio”, definió y aseguró que por esa razón se acercaron muchos chicos y los padres, que hoy son dirigentes. 
Fue una bisagra en la vida del club Puerto Moreno. El tapizado de inmaculado césped en la cancha del añejo club en donde reinó durante décadas la tierra arenosa y las infinitas piedras representó un trampolín en el crecimiento de la institución y agigantó su potencial. Después de su colocación en 2013, atravesados por un esfuerzo mayúsculo, nada fue igual. 
Juan Lepín, junto al inmenso aporte de Walter Montero y un breve puñado de colaboradores, lograron concretar un viejo sueño. Juan ingresó al club en 2005 para acompañar a sus hijos que había decidido vestir “la Naranja” para abocarse al juego del fútbol. Sólo un par de pasos distanció al padre del colaborador. Y de a poco, con el ánimo de cooperar -en aquel entonces- con Jorge Gamboa, se involucró en la dirigencia de Puerto Moreno. 
“El césped fue un gran cambio”, definió y aseguró que gracias a esa decisión “tuvimos mucha más gente que se acercó. Creció mucho el fútbol infantil, y eso generó que se sumaran los padres. Y con ideas nuevas, varios integran hoy la comisión directiva”. Es así, el crecimiento en cantidad de chicos que integran hoy el fútbol infantil fue notable. Juan contó que antes del césped, contaban con 60 o 70 chicos, y luego, el número ascendió a cerca de 300. 
El dirigente explicó que los padres de chicos del Oeste de la ciudad perseguían un lugar cómodo para poder jugar. Muchos elegían a Estudiantes Unidos, pero cuando apareció el césped en un lugar más cercano, no lo dudaron. 
Si bien hoy la institución disfruta de los beneficios del crecimiento, el exigente proceso de sembrado de la cancha fue una tarea compleja. Los dirigentes tomaron la difícil decisión de no competir en los torneos para poder destinar los recursos y la energía en el ambicioso proyecto. “Fue difícil afrontar el gasto, eran pocas entradas. Entre el bolsillo de Walter Montero y el mío fuimos solventando. Y algunos amigos que ayudaban. Fue bravo”, reconoció. Más allá de todo, no duda: “viéndolo a futuro, fue una gran inversión”. 
Y los sueños no se detienen en las cabezas “Naranjas”. Ahora están cerca de finalizar una obra que permitirá tener la utilería en un pequeño edificio y agregarán baños. “A mediano y largo plazo, tenemos planificado tribunas más en las cabeceras, y un buffet en el sector más cercano al lago”, explicó. Y por supuesto, Puerto Moreno sueña con su gimnasio. Teniendo en cuenta sus antecedentes, más que un sueño es un anuncio certificado. 
 
 
FOTO CANCHA DE PUERTO MORENO
El cambio. No fue fácil, pero el crecimiento después del césped fue notable.
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